En el principio fue sustantivo. No había verbos. Nadie decía: “Voy a la casa”. Decía simplemente: “casa” y la casa venía a él. Nadie decía: “Te amo”. Decía simplemente: “Amor” y uno simplemente amaba.
En el principio fue mejor.
Isidoro Blaisten. Concordia. Entre Ríos. Argentina
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