viernes, 23 de abril de 2010

Arca de Noe verde


21 de Junio de 2006 – Noticia periodística.

“En las islas de Svalbard, Noruega, a 50 metros de profundidad, empaquetadas en aluminio, rodeadas por muros de 1 metro de ancho y paredes blindadas y con temperatura de 180 grados centígrados bajo cero, guardaran tres millones de muestras de semillas de todo el mundo.

Este Arca de Noe verde será para salvar el futuro del planeta en caso de guerra nuclear, o destrucción de la tierra por cambios climáticos.”

Señor Director del Fondo Global de semillas.

Me dirijo a usted respetuosamente para pedirle acepte recibir la donación de estas semillas. No van a alimentar el cuerpo de nadie pero si calmaran el espíritu del futuro superviviente.

Sus colores suavizan las miradas, acompañan soledades.

Crecen en cualquier lugar, junto a las casuchas de lata, a ranchos pampeanos, a fastuosos countryes. Alegran balcones en metrópolis acosadas por el smog. Airosas desafían el frío, adelantan la primavera.

Su familia tiene un apellido grotesco, Pelargonium, pero sus amigos le decimos Malvón, así cariñosamente, uniendo los labios como en un casto beso.

Por favor guarde usted estas semillas. No sé quien las sembrará, pero si estoy segura que cuando se cubran de dispares rojos le llenará de gozo. Sé que un átomo de mí perdurara en esos rojos.

Lo saludo atentamente, agradeciendo su atención.

Respetuosamente

Elsa.

E H

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